10 HÁBITOS PARA UNA VIDA SANA

Probablemente, si preguntáramos a una persona octogenaria, nos diría que los hábitos más saludables son comer y dormir bien, trivializar los problemas y seleccionar nuestras amistades (la relación interpersonal juega un papel muy importante en nuestra salud mental). Podríamos añadir muchos más, pero no más importantes que los mencionados. Nuestros abuelos son grandes sabios de la vida.

Al nacer se nos brinda la oportunidad. Nos educarnos y nos enriquecemos académicamente. Es nuestra responsabilidad cuidar el cuerpo que nos va a acompañar en el camino, solemos olvidarlo, aunque somos del todo conscientes. ¿Recordamos, por ejemplo, que sólo disponemos de 20 dientes en la infancia y 32 en la vida adulta? Seamos realistas, sólo lo pensamos cuando perdemos uno de esos dientes. Y es que, en esta vida, a menudo valoramos las cosas cuando se nos han escapado, y en los temas de salud especialmente. De ahí la importancia de la prevención los buenos hábitos.

Resulta muy difícil concretar sólo 10 puntos claves en el cuidado de nuestra salud, aunque siendo muy selectivos los acotaríamos en los siguientes:

  • Descanso suficiente y sueño reparador: podríamos concretar unas horas de sueño continuado (entre 6 y 8) pero ello va a depender de nuestra edad. En la infancia estamos más horas dormidos que despiertos, sin embargo, en la madurez dormimos muy poco e interrumpimos el sueño por motivos médicos (enfermedad prostática, incontinencia, sensación de falta de aire o disnea…).

  • Dieta adecuada a nuestro perfil metabólico: la dieta mediterránea estándar es la recomendada en la población sana. Es posible que en ocasiones, tengamos que adaptarnos a unas restricciones específicas que, sin duda, deben cumplirse estrictamente para evitar que las enfermedades crónicas progresen y afecten a los órganos diana (corazón, riñón, vista…).

  • Hidratación generosa: se trata de beber entre 1’5 y 2 litros de agua al día. Si tienes restricciones médicas adapta esa cantidad a la recomendación de tu médico.

  • Ejercicio físico de forma habitual: no es tarde. Si aún no le has dado esa oportunidad a tus articulaciones, puedes empezar hoy mismo. Practicar un mínimo de 15 minutos al día es una buena manera de empezar.

  • Salud mental (equilibrio y ejercicio mental): tener un orden mental es muy importante en la resolución de conflictos, ayuda a priorizar y minimizar las contrariedades irrelevantes que sólo precisan unos minutos en su análisis. No dediques mucho tiempo a las situaciones que no lo merezcan. Dedica todo el tiempo a las situaciones que te aporten y te sumen.

  • Evitar el abuso de hábitos nocivos: tabaco, alcohol y drogas. No estamos hablando de evitar una copa de vino en una comida. Sabemos la relevancia de este enunciado: el cáncer de pulmón, la hepatopatía alcohólica, la psicopatología por abuso.

  • Salud podal (cuidado de piel y uñas. Revisión periódica de la pisada): unas uñas distróficas, unos hongos interdigitales, una pisada irregular… todo ello dificulta la marcha y, por tanto, la actividad habitual además de la deportiva.

  • Salud dental (prevención y tratamiento): existen numerosos tratamientos dentales, pero ninguno de ellos es comparable a un diente natural. El implante es una prótesis que se emplea cuando el diente se ha perdido, es una segunda oportunidad.

  • Potenciar la relación interpersonal equilibrada y cuidadosamente seleccionada: es uno de los mejores tratamientos que conozco por su eficacia y eficiencia. La rentabilidad de mantener la amistad con aquellas personas que nos aportan es la mejor apuesta de nuestra vida.

  • Gestión del tiempo y del estrés: dedícate un tiempo, acótate un espacio infranqueable. Es una inversión en ti.

Sería injusto no mencionar otros puntos, del todo relevantes… Cultívate (lee todo lo que puedas, empápate de cultura; memoriza datos; acumula sabiduría), respétate (no dejes que nadie te desdeñe), quiérete (no esperes que alguien lo haga por ti, si tú no has sido capaz de hacerlo) y, sobre todo, cuida de aquellas personas especiales que la vida te presenta inesperadamente y que suponen un pilar importante para ti (te ayudan a crecer personalmente, te aportan, te enriquecen y te cogen de la mano para evitar que te caigas)…

Permíteme que plasme una de las frases más célebres de Mahatma Gandhi: “Vive como si fueras a morir mañana. Aprende como si fueras a vivir siempre”.

Dra. Ana García
Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria y especialista en Medicina del Deporte de Teladoc

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