FRACTURA POR ESTRÉS

Las fracturas son rupturas del hueso habitualmente debidas a caídas o accidentes en las personas sanas. Cuando hablamos de fracturas por estrés nos referimos a las rupturas del hueso debidas a movimientos repetidos o sobrecarga. Si la fractura tiene forma lineal, como una grieta, hablamos de fisuras.

Qué síntomas producen

El síntoma inicial es el dolor progresivo que mejora con el reposo, acompañado de inflamación progresiva que cada vez dificulta más la actividad habitual.

Dónde se localizan

Son más frecuentes en la parte inferior del cuerpo porque soporta más peso corporal. La zona más expuesta es el pie ya que con cada salto en un partido de básquet o al correr, por citar algunos deportes, se producen microtraumatismos en el pie.

Las fracturas pueden localizarse en cualquier zona, pero las más frecuentes son a nivel de:

  • Tibia.
  • Metatarsianos, sobre todo el segundo.
  • Calcáneo, sobre todo en corredores que realizan el primer apoyo con el talón.

Por qué se producen

La fractura puede darse cuando el hueso está sometido a alta intensidad de carga. Asimismo, un corto periodo de adaptación a un ejercicio intenso favorecerá la fractura. Por tanto, iniciar la actividad con cargas graduales permitirá que el hueso se vaya remodelando progresivamente hasta adaptarse.

Factores de riesgo

  • El tipo de deporte: baloncesto, atletismo, tenis, gimnasia… Recordemos por ejemplo a Pau Gasol cuando, siendo profesional de la NBA, estuvo tiempo de baja por una fractura por estrés del metatarsiano. A las primeras fracturas reconocidas de este tipo se les llamaba “fracturas del recluta” dado que realizaban largas marchas. En las gimnastas que realizan torsiones extremas de la columna suelen presenta una lesión típica por estrés a nivel de la última vertebral lumbar.
  • Cambio de intensidad brusco, por ejemplo, al empezar a hacer deporte desde el sedentarismo.
    Problemas en los pies. Sobre todo, las personas con pies cavos o mucho arco plantar tendrán más riesgo de lesión porque el peso del cuerpo no se reparte equitativamente a nivel de la planta del pie.
  • Las mujeres con menopausia o que no tengan la regla durante periodos superiores a los tres meses sufren más riesgo de pérdida de calcio en relación con la bajada de estrógenos.
  • Lesiones previas.
  • Falta de vitaminas o nutrientes. Por ejemplo, un déficit de vitamina D (cuya fuente principal es la exposición solar) favorece la pérdida del calcio del hueso.
  • Bajo índice de masa corporal (IMC): una relación entre talla y peso inferior a 19 favorece la lesión. IMC= PESO (Kg)/ (altura x altura) en metros.

Prevención

La prevención es básica. Aquí tienes nuestros consejos:

  • Inicio gradual. Evita aumentar la cantidad de ejercicio en más de un 10% a la semana.
  • Usa calzado adecuado. Asegúrate de que el calzado te quede bien y sea apropiado para la actividad. Si tus pies son planos o cavos es mejor consultar al podólogo para una plantilla personalizada.
  • Estudio de la marcha. Realizado por médicos y podólogos, es un análisis de la pisada que valora los desequilibrios de nuestro cuerpo para intentar corregirlo, sea con plantillas o ejercicios adecuados a la persona.
  • Superficie de entrenamiento. Una superficie muy dura como el asfalto favorece este tipo de lesiones. Para correr, una superficie con tartán o pista de tierra es preferible.
  • Entrenamiento variado. Alterna las zonas que trabajas de tu cuerpo para evitar la carga repetida en una zona puntual de tu cuerpo.
  • Nutrición adecuada.  Asegúrate una alimentación variada y equilibrada para que cubra las necesidades básicas de calcio, vitamina D y otros nutrientes imprescindibles.

Diagnóstico

El diagnóstico se realiza habitualmente con radiografías. Hay que tener en cuenta que el resultado de éstas en el 70% de éstas es normal al inicio de los síntomas y que los hallazgos radiológicos aparecen entre la segunda y octava semana desde el inicio del cuadro.

Si la radiografía es normal, pero existe alta sospecha clínica, por ejemplo, en un corredor de fondo o un jugador de básquet profesional, y la radiografía no es clara, se puede complementar el estudio con:

  • TC (Tomografía computerizada o también conocida como escáner).
  • Ecografía: debido a su mayor accesibilidad en los últimos años puede mostrar reacción perióstica (signos inflamatorios alrededor del trazo de la fractura), hipervascularización, hematoma y defecto de la cortical (tejido compacto) del hueso.
  • RMN: Resonancia magnética.
  • Gammagrafía ósea: es una prueba que se realiza con contraste y es la prueba definitiva cuando el resto de las pruebas han sido negativas.

Tratamiento

El tratamiento consiste en realizar reposo en descarga o con inmovilización durante seis a ocho semanas aproximadamente. En el caso de que la fractura se complicase porque una de las partes se desplaza podría ser necesaria la cirugía.

Dra. Cira Vera
Especialista en Medicina del Deporte de Teladoc

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