Desde pequeños en los centros educativos se imparte la asignatura de Educación Física donde se practican las habilidades motrices y las cualidades físicas básicas, como la resistencia, la velocidad, la flexibilidad y la fuerza.
En especial, vamos a hablar de esta última, sobre la necesidad del trabajo de fuerza, destacando que es una de las cualidades más importantes y que a continuación veremos todos sus beneficios.
Empecemos por definir a la fuerza como la capacidad de un músculo para superar resistencias, mover pesos u obstáculos externos o internos mediante su contracción muscular. Es decir, se trata de una capacidad que va a generar una tensión intramuscular frente a una resistencia, independientemente de que se genere o no movimiento. Se distinguen entre:
- Contracción muscular estática o isométrica. La contracción no genera movimiento, no hay cambio en la longitud del músculo, por lo que la fuerza generada por éste es de la misma magnitud que la resistencia externa.
- Contracción muscular dinámica o isotónica. Existe un movimiento que nos puede llevar al acortamiento o estiramiento muscular, o ambos. Dentro de este tipo podemos distinguir entre:
- Concéntrica: se acorta la longitud del músculo; la fuerza muscular supera en magnitud a la fuerza externa; origen e inserción musculares se acortan. Ejemplo: trabajo de flexión de biceps en su fase ascendente.
- Excéntrica: se estira el músculo; la fuerza muscular es inferior a la magnitud de la fuerza externa; origen e inserción se alejan. Ejemplo: fase descendente de una flexión de biceps.
La fuerza está relacionada con la mejora de la calidad de vida y la longevidad. Antiguamente la fuerza determinaba cuanto se comia, las posibilidades de apareamiento y la supervivencia misma. Hoy en día no se depende de la fuerza para comer o proteger a la familia, por tanto, se tiende a desvalorar su entrenamiento pensando que es opcional porque ya no es necesaria en la mayoría de trabajos actuales. Sin embargo, nuestra genética sigue siendo la misma y se necesita seguir desarollando y trabajando la fuerza para replicar las condiciones bajo las que evolucionó la fisiología humana, y lograr así que tanto cuerpo como mente funcionen correctamente en la sociedad moderna.
¡Toma nota
El entrenamiento de fuerza genera:
- Músculos y huesos más fuertes, y por tanto, mayor densidad ósea y menos osteoporosis, especialmente relevante en las mujeres.
- El músculo mejora la sensibilidad a la insulina, reduciendo la acumulación de grasa y previniendo enfermedades como la diabetes tipo II (estudio).
- Aumenta el metabolismo basal, ayudándote a quemar más calorías en reposo y mientras duermes
- Reduce la sarcopenia, o pérdida de masa muscular con la edad. El músculo no sólo alarga la vida, sino que alarga la vida activa.
- Genera mayor reclutamiento neuronal. Es decir, atraen gran cantidad de neuronas motoras para trabajar en la contracción muscular, lo cual se consigue gracias a las neurotrofina. Como resultado, se originan a nuevas conexiones neuronales, un mapeo distinto de tu cerebro y con ello, la capacidad de cambiar hábitos y creencias limitantes.
- Aumenta la hormona somatotrofina; la hormona de crecimiento. Esta es la encargada de renovar los tejidos mas rápido. En los adultos esto equivale a una mayor longevidad.
- Produce un aumento de dopamina y de serotonina, hormonas y neurotransmisores clave para que te sientas bien anímicamente.
En resumen, a mayor masa muscular menos incidencia de enfermedades asociadas con la edad y mayor capacidad para disfrutar la vida.
Tu salud está en tus manos; ¡entrena fuerza!